Cuando funcionarios del gobierno anunciaron los planes de transformar una isla fortaleza austro-húngara en ruinas, situada en el Mar Adriático en la costa de Montenegro en un resort de lujo, preservando al mismo tiempo su patrimonio, no se imaginaron la violenta reacción que iban a tener.
Por supuesto que la isla-fortaleza en cuestión, Mamula, también funcionó como un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, así que quizás las autoridades debieron haber anticipado presentar estos problemas.
En el ejemplo de la isla Mamula, el gobierno de Montenegro arrendó la isla deshabitada a la compañía con sede en Suiza, Orascom Development Holding AG, por 49 años. La esperanza era que el proyecto europeo de €15 millones crearía 200 trabajos locales y pagaría por la preservación del sitio, que sería la única isla-fortaleza construida por el Imperio Austro-Húngaro.
Sin embargo, aún antes de que los planes finales se presentaran a las autoridades, los residentes locales – algunos de los cuales son descendientes de aquellos prisioneros en Mamula – han protestado por el desarrollo, de acuerdo a este reporte.
Claramente hay dos lados aquí con puntos de vistas válidos, pero parece que todo se reduce a la elección entre preservar Mamula de alguna forma (como fue prometido por Orascom), o dejarla que se desintegre bajo el peso del tiempo.
[ Via CNN ]